Bango 7 Plazas recibirá hoy el premio gastronómico de la Semana Santa, el cuarto que consigue, por el bocado "Y al tercer día"
Ángel Fidalgo /26.04.2017
Acumular cuatro "Capuchones de oro" y dos de bronce en el concurso "Bocados del Cofrade" no está al alcance de cualquiera. Lo ha conseguido el restaurante Bango 7 Plazas, después de conocerse ayer los ganadores de la cita gastronómica de la Semana Santa de Oviedo, que celebró su séptima edición. Participaron treinta locales hosteleros de la ciudad en un concurso que tiene como característica la observación de la vigilia de esas fechas.
Para conseguir el premio y el "Capuchón de oro", en Bango 7 Plazas, situado en el Arco de los Zapatos, idearon "Y al tercer día", el pincho más votado por los clientes que participaron en el concurso. Debían acreditar que habían probado al menos diez de los bocados. El "Capuchón de plata" correspondió a Casa Amparo, curiosamente pegado al anterior establecimiento hostelero, con "Lágrimas de Amparo", y el tercer puesto y "Capuchón de bronce", fue para al restaurante La Gran Vetusta, con su bocado "El bocado de la Hermandad".
Los responsables de los tres establecimientos recibirán hoy sus respectivos premios de manos de Fernando Corral, vicepresidente de la patronal del sector y organizadora de esta cita gastronómica, Otea, y del concejal de Turismo de Oviedo, Rubén Rosón.
Julio Riera es el gerente del restaurante ganador, que lo es además nada menos que por cuarta vez. Pero no sólo eso, el "Capuchón de bronce" lo ganaron en dos ocasiones. Aquello sucedió cuando este equipo de profesionales tenía el establecimiento 7 Plazas, en la calle Cimadevilla. Ahora ocupan el local del histórico Casa Bango, cuyo nombren han querido conservar. "El pincho tiene una base de dumplings horneada con soja, un tartar de berenjena y gamba, rematados con brotes de col roja con cama de ensalada de lombarda", detalló Riera, que después pasó a explicar su peculiaridad. "La característica de este pincho es que resucita, de ahí su nombre; se consigue añadiendo una infusión de azafrán que hace que se eleve".
Para Julio Riera volver a ganar el concurso es una gran satisfacción, "sobre todo por los clientes", y en cuanto al secreto lo resumió en "cariño, imaginación y ganas de agradar a los clientes".
A Casa Amparo le correspondió el "Capuchón de plata" por el pincho "Lágrimas de Amparo", de elaboración sencilla y exitosa por la mezcla de sabores, según precisó Marga Antuña. Arroz morado con alioli sobre una base de crujiente, y encima, un chipirón y unas lagrimas con frutos rojos. Es la segunda vez que Casa Amparo consigue esta distinción.
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