Los estudios dirigidos por un investigador de la UCAM reafirma que ambas prendas envolvieron a la misma persona que, ya muerta y en posición vertical, sufrió una herida penetrante que le atravesó el hemitórax derecho.
ABC - Oviedo. 31/03/2017
Un estudio médico-forense realizado conjuntamente sobre el Sudario de Oviedo y la Sábana Santa de Turín reafirma que ambas prendas envolvieron a la misma persona, que ya cadáver y estando en posición vertical, sufrió una herida penetrante que le atravesó el hemitórax derecho, según informa un comunicado de la Universidad Católica de Murcia (UCAM).
Alfonso Sánchez Hermosilla, investigador de esta institución, ha dirigido los estudios antropométricos, criminalísticos, anatómicos y anatomo-patológicos de la Síndone y el Sudario que han logrado identificar la «lanzada» al cadáver que fue envuelto en estas telas. Con entrada por el quinto espacio intercostal y salida por el cuarto, próxima a la columna vertebral y la escápula derecha, dejó marcas de coágulos de sangre y de líquido pleuro-pericárdico en ambas prendas.
Los resultados del estudio «concuerdan con lo reflejado en el Evangelio de Juan», según el comunicado, que relata que al ver que Jesús ya estaba muerto «no le quebraron las piernas; pero uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza».
«Las manchas de sangre en las que hemos trabajado siempre han estado ahí, pero nadie las había estudiado, y son las únicas de esas características. Hasta el momento se habían atribuido a marcas ocasionadas por heridas de flagelación», explica Hermosilla, médico forense del Instituto de Medicina Legal de Murcia, director del Equipo de Investigación del Centro Español de Sindonología (EDICES) y asesor científico del Centro Internacional de Sindonología de Turín.
La UCAM señala en su comunicado que las manchas en las que se centra el estudio «comparten características comunes y son muy diferentes del resto, tanto por su morfología y complejidad tras su análisis macroscópico, con una alta concentración hemática en el centro y un cerco más claro y perfilado». Estas manchas, explican los investigadores, se vuelven invisibles si se observa bajo un filtro infrarrojo, «como es habitual en las manchas ocasionadas por sangre cadavérica», al contrario de lo que ocurre con la sangre vital, como la de las «marcas puntiformes por ejemplo, fruto de las lesiones atribuidas a la corona de espinas».
El estudio microscópico de las muestras, realizado con microscopía óptica y microscopia electrónica de barrido, «ponen de manifiesto la presencia de estructuras compatibles con hematíes humanos muy dañados, algunos de ellos hemolizados, así como con coágulos de fibrina libres de estructuras hemáticas», señalan.
El análisis médico-forense describe con todo detalle los tejidos y órganos que atravesó el objeto punzante en su hipotética trayectoria y describe cómo los cadáveres de personas que han sufrido una larga agonía, «con mucha frecuencia presentan grandes coágulos de sangre, muy similares a los que formaron la mancha del costado de la Síndone de Turín».
Según los investigadores de la institución murciana, sus resultados avalan la hipótesis de que «quien administró este "golpe de gracia" tenía experiencia, pues al colocar la hoja del arma en posición horizontal podía evitar fácilmente las costillas, sin tener que intentarlo en varias ocasiones, algo que aparentemente no ocurrió, pues no aparecen lo que se denomina en la Medicina Forense "lesiones de tanteo"».
El equipo de investigación de la UCAM ya encontró anteriormente otras «evidencias de que ambas prendas envolvieron a la misma persona» y descubrió en el Sudario de Oviedo «un grano de polen de una planta que, según la palinóloga del EDICES, Marzia Boi, es compatible con la especie botánica Helicrysum Sp., también identificado en la Sábana Santa (Síndone de Turín)», recuerda el comunicado.
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