Prensa: Díaz de Miranda repasa la historia de las cofradías en su pregón

El arquitecto desea que la contemplación de las imágenes de Semana Santa «nos invite a fortalecer los corazones»

S. RODRÍGUEZ NORIEGA -  OVIEDO, 25 marzo 2015

A pocos días de que comience la Semana Santa, ayer tuvo lugar el I Pregón de la Tertulia Cofrade 'Novena Trabajadera' después que se suspendiera por discrepancias entre las cofradías y hermandades. El encargado de dar el pistoletazo de salida a la Semana Santa ovetense fue el arquitecto Felipe Díaz de Miranda y Macías.

Felipe Díaz de Miranda ejerciendo ayer de pregonero. / S. SANMARTÍN

Con un discurso apasionado deleitó a los presentes en el Auditorio Príncipe Felipe. El ovetense aseguró respetar la decisión de la Junta de Hermandades de suspender el pregón del que iba a ser protagonista y aseveró «sentirlo profundamente». Abogó por evitar «las divisiones, calumnias, difamaciones, celos o venganzas» entre las cofradías de la ciudad, pero sin renunciar «a mis creencias y a mi libertad de expresión», apostilló.

Díaz de Miranda hizo un recorrido por la historia de las cofradías y apuntó que en 1770 había en Oviedo 56 cofradías. La reciente recuperación de las procesiones en la ciudad (desde hace dos décadas) también estuvo presente en el discurso en el que el pregonero destacó nombres como Ángel Ronderos, Alejo Barreiro o Aladino Cazón, entre otros muchos, que han hecho posible que la tradición haya vuelto a las calles de la capital. Hizo especial mención a Gabino Díaz Merchán, Jesús Sanz Montes, Gabino de Lorenzo, Agustín Iglesias Caunedo y Jaime Reinares, para quien tuvo «un especial recuerdo en estos difíciles momentos», señaló el arquitecto.

En su discurso recuerda al exedil Jaime Reinares «en estos difíciles momentos». El pregonero expresó su deseo de que la contemplación de las imágenes en Semana Santa «nos invite a fortalecer nuestros corazones a los que nos decimos cristianos». Díaz de Miranda ve un claro paralelismo en la sociedad actual y la crucifixión de Cristo, porque «cada vez que veamos en nuestras calles alguna de esas magníficas tallas con la imagen de Cristo sufriendo debemos acordarnos de los hombres que sufren, y cada vez que veamos a los hombres que sufren en nuestro entorno, tenemos que recordar a Cristo. Es la Pasión nuestra de cada día».

La empatía, la solidaridad, la entrega a los demás, la fe y el conocimiento y práctica del ejemplo de Cristo todos los días del año es lo que hará «de nuestras hermandades un lugar de encuentro», concluyó.

Diario EL COMERCIO: 

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