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sábado, 19 de abril de 2014

Aquella primera Madrugá de Oviedo



Fue en la Semana Santa del año 2010 cuando las puertas del Edificio Histórico de la Universidad, en la céntrica calle de San Francisco, se abrieron a las 00:00 horas para dar comienzo a la primera Madrugá ovetense, en la que el Señor de la Sentencia realizó su Estación de Penitencia en las primeras horas del Viernes Santo. Aquel día se consumaron muchas horas de trabajo y de ilusión, aquel día Nuestro Padre Jesús de la Sentencia, con su túnica púrpura, caminó por las Calles de Oviedo acompañado por una multitud de pueblo devoto y fiel.





Por primera vez se abrió el balcón de la Casa Consistorial para que fuera leída por D. José Manuel Rodríguez la sentencia de Poncio Pilato que condenara a Cristo a morir en la Cruz, y la bella voz de Dª. Josefina Argüelles rompió el silencio de aquellas terribles horas, en las que el pueblo había pedido la liberación de Barrabás, en vez de la liberación de un inocente.



Fue la primera vez, aquel 2 de abril del 2010, que los Costaleros de Oviedo pasaron de rodillas por la puerta de la Universidad y el arco del Ayuntamiento, y que tuvieron una "novena trabajadera" repleta de pasión en la Agrupación Musical San Salvador, siempre presente con sus marchas procesionales y sobretodo, siempre presente en los momentos más exigentes. 




Pero Jesús de Nazaret nunca está solo, aunque lo abandonaran sus discípulos, los Hermanos de Luz y las Damas de Mantilla, desde aquella primera Madrugá, ayudan en su caminar al Rendentor de Mundo alumbrando sus pasos en esas horas tan tristes, en esas horas previas a que todo se consume en el Monte Calvario junto a dos ladrones.




Los Caballeros Legionarios nunca han faltado a esta cita, como tampoco lo ha hecho la Tuna Universitaria de Oviedo, las primeros, "Novios de la Muerte" siempre dispuestos a dar su vida por España sabiendo lo que significa realmente la palabra sacrificio, y los segundos, poniendo sus bellas voces e instrumentos para dulcificar las terribles horas que padeció e iba a padecer el Rabí de Galilea.



Los años van pasando y las madrugás también, y el Misterio de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia, a golpe de gubia, va tomando su forma definitiva. Poncio Pilato, Miembros del Sanedrín y Soldados de Roma acompañan a Nuestro Padre Jesús de la Sentencia, todos salidos de las sabias manos del escultor-imaginero jiennense D. José Miguel Tirao Carpio, y es que aquella tierra cuajada de olivos, en algo se parece al Huerto de Getsemaní dónde Jesús de Nazaret fue traicionado y entregado por Judas Iscariote 


FOTOGRAFÍAS: REBECA DÍAZ 

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